Las joyas tienen un punto importante del estilo y exhiben algunas de las características que nos definen. Su historia de la joyas está enmarcada por leyendas; estas pasan de generación en generación, por eso la manera de llevarlas resulta fundamental, como la de Cambridge , que pasó de un imperio a otro y que en la actualidad, pertenece a la reina Isabel, gran acapadora de estos tesoros por diferentes circunstancias de la historia. Una joya es especial y desde la época de los egipcios antiguos, hace 5.000 años, la forma parte de nuestra vida.
La revolución industrial las popularizó hasta el punto de convertirlas en un objeto para toso el mundo. Obviamente, las piedras y metales precioso seguirán siendo los que tienen un valor especial.
Por eso, en el tema de accesorios volvemos a la máxima: “menos es más”, y también aplica el dicho: ¨las cosas son de quien las lleve¨, es decir que una joya no puede ser necesariamente la más costosa, pero si la mujer que la lleva es elegante, todo el mundo pensará que la joya es mucho más valiosa.
En casi todas las familiar existe una joya que vale la pena heredar, ese es el valor real, tenemos que pensar en que hay que tratar de quedarse con alguna, porque se pueden comprar y mandar a hacer, pero es mejor tener joyas que cuenten una historia y tienen su misterio.
Las perlas
Un collar de una, dos , tres o más vueltas es un básico en el clóset de cualquier mujer no importan si las perlas vienen del Mediterráneo o del Caribe, aquí cambia únicamente el precio. Lo importante es que le dé a sus collares de perlas la connotación correcta: no los use muy a menudo, solo en esos momentos que requieren de energía concentrada, una cita, una entrevista, una cena, un funeral; resérvelas y guárdelas en un lugar especial, recuerde que son un recurso no renovable. Las pláticas ni las mire, existen naturales de todos los precios, depende de la ostra que la forma y del agua que las filtra.
Los aretes
Reinos de han entregado a los zarcillos, los aretes colgantes muestran muchas cosas y acompañan la fantasía de las mujeres desde la infancia. No son exclusivos de las damas desde tiempos ancestrales, pertenecen también a los hombres y cada generación los aproxima a su momento.
Aquí no se pueden fallar, los aretes deben tener un sello especial:
• No tenga muchos, eso no le crea una marca a su cara.
• Si tiene la cara ancha llévelos largos, si tiene la cara cuadrada, largos o cortos, si es ovalada, perfecto si esta pasada de peso, abuse de ellos, siempre son un buen complemento.
• Trate de que combinen con algo de su ropa: pantalón, la falda, la blusa, la cartera, lo que quiera.
• Si tiene unos con pasado, guárdelos, mandar a reparar las joyas antiguas es una gran inversión. Si no tiene herencia, una vuelta por los mercados de pulgas es una gran recomendación; conviértalo en plan, salga con su persona especial a buscar su propia joya de la corono y póngala en el lugar correspondiente.
Los anillos
Llevar un anillo es un tema muy personal y en las mujeres, es un accesorio que complementa el estilo. No recomiendo esta joya a los hombres, a menos de que se trate de un sello real o que tenga poderes extraordinarios.
Existen dos tipos de mujeres con respecto a las joyas: a las que les gusta llevar anillos y a las que no les gusta. Aquí no hay reglas, depende, si lleva muchos anillos, no lleve de a uno en cada dedo, por favor , trate de que sean de oro, sin piedras, para que pueda combinarlos con un buen manicure, pues con el boom de las uñas decoradas, puede ser una herramienta complementaria; si va a llevar muchos anillos, que sea intencional y parte de su personalidad. La que prefiere llevar pocos, trate de que uno sea siempre el protagonista, generalmente las mujeres casadas llevan su anillo junto con la argolla; o tenga otro que sea su herencia o su sello personal, también es válido. Recuerde que si lleva un solo anillo de gran tamaño, debe llevarlo en el índice, el dedo que señala.